Uno de los proyectos más ambiciosos relacionado con los drones y el
medio ambiente es impulsado por China, que combatirá la contaminación
ambiental con ellos.
Sólo en Pekín, las partículas nocivas en el
aire superaron nueve veces el límite de lo recomendado por la
Organización Mundial de la Salud al cierre de 2013, lo que ha provocado
que el gobierno limite las emisiones de CO2, algo que no todas las
empresas cumplen.
Por ello, 11 drones vigilan las zonas más
contaminadas para detectar a las fábricas que no cumplen las
regulaciones, a lo que se añade un plan para que varios vehículos de
este tipo diseminen agentes químicos capaces de congelar las sustancias
contaminantes en el aire y hacer que éstas caigan al suelo.
El país asiático ha realizado algunas pruebas de este método en puertos y aeropuertos.
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